La lucha de las mujeres por alcanzar la igualdad de derechos inició hace cientos años, pero el período que más se ha destacado ha sido el que se inició a mediados del siglo XIX, y que se experimentó en el siglo XX. Durante este tiempo, muchas mujeres en España realizaron actos de valentía impresionantes por sus derechos, hoy hablaremos de algunas de ellas.

Clara Campoamor

Fue una de las primeras abogadas en la historia de España, y gracias a ella se logró un gran triunfo en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, como lo fue el derecho al voto.

Antes del año 1931. las españolas tenían la oportunidad de ser elegidas, pero aún así no tenían el derecho al voto, y Clara Campoamor fue quien logró eliminar esta discriminación de la Constitución Republicana de 1931, en su artículo 36, donde todos los ciudadanos mayores de 23 años tenían los mismos derechos electorales, indiferentemente a su sexo.

Para lograr este éxito, tuvo que enfrentarse a gran parte de la Cámara de los Diputados, y a otras dos mujeres, quienes aunque apoyaban el voto femenino, consideraban que las mujeres aún no gozaban de la madurez y responsabilidad necesaria.

Sin embargo, luego de varios enfrentamientos verbales, la Segunda República Española igualó al hombre y la mujer en su derecho al voto, y en el año 1933 las mujeres lograron acudir a las urnas electorales, por primera vez.

Vale destacar que 3 años después hubo un golpe de Estado, y en el año 1939 se instauró una dictadura, por lo que los derechos de la democracia desaparecieron por un lapso de 40 años, cuando esta etapa terminó, el voto femenino se hizo presente en las elecciones del año 1977, y continúa de esta manera.

Concepción Arenal

Gracias a ella se impulsó el derecho de la mujer a la educación en España. Fue hija de un militante liberal, quien sufrió represión por sus ideas, posteriormente cae enfermo y muere, posterior a esta situación, Concepción entró a una escuela para señoritas.

Posteriormente comenzó a estudiar Derecho en la Universidad Central de Madrid, pero para lograrlo, tuvo que vestir con ropa de hombre, pues el acceso a la Universidad no era permitido a las mujeres.

Luego, comenzó a escribir junto a su marido Fernando García en el periódico La Iberia, un hombre que la apoyó en todos sus ideales y deseo de lucha contra las injusticias de la época.

Cuando su esposo cae enfermo, ella continúa escribiendo bajo la firma de él, pero una vez que el fallece, ella puede seguir escribiendo, pero le redujeron el ingreso a la mitad, porque no tenía firma.

Cuando nace el feminismo en España, ella logró dar su opinión, de que la mujer no tenía otra carrera que alcanzar, sino el matrimonio, el hombre puede aprende un oficio, como ser escritor, cerrajero, científico, pero las mujeres no, indicando que la mujer ha sido un ser marginado, quien merece ser educada con la dignidad de ser mujer y ser humano.

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