Una nueva tendencia que se está viendo en algunos lugares de Europa es el volver a desarrollar oficios tradicionales que prácticamente había desaparecido debido al desarrollo industrial y tecnológico.

Uno de estos sitios es en Gran Bretaña.

En almacenes reconvertidos y bajo arcos ferroviarios en desuso en todo Londres, los empresarios expertos en tecnología y las nuevas empresas independientes están dando nueva vida a los oficios tradicionales de Gran Bretaña.

El mercado de las flores

El mercado mayorista de flores más grande del Reino Unido es el New Convent Garden, al sur del Londres en un terreno de 23 hectáreas, era un lugar bullicioso en la década de 1960, y estaba repleto de cubos de flores cultivadas en Gran Bretaña y de floristas, organizadores de eventos que competían para obtener las mejores flores.

Sin embargo, a partir de la década de 1970, comenzó a sufrir ya que las granjas locales no podían competir con el costo y calidad de las flores importadas.  El mercado holandés dominó la oferta europea.

En el Reino Unido se gastan más de 2 millones de Euros en flores, de las cuales el 90% son importadas de los Países Bajos, Colombia o Kenia.

Pero ahora, gracias en parte a las nuevas empresas digitales como Florismart, las granjas de flores británicas están floreciendo una vez más. El negocio con sede en Londres, fundado por el florista convertido en empresario Steve France, es la primera plataforma de compra en línea del mundo para floristas.

El portal hace que las flores cultivadas en el país sean más accesibles al conectar directamente a los floristas con las granjas y permitir a los consumidores buscar por código postal las tiendas que venden flores del Reino Unido.

También aprovecha plataformas sociales como Twitter, Instagram y Pinterest para intentar convencer a los consumidores de los beneficios de comprar productos británicos. Las flores cultivadas en el Reino Unido han experimentado un resurgimiento en los últimos años, recuperando lentamente parte del mercado.

Empresarios en todo el país, están recurriendo tanto a la innovación como a la tradición para dar nueva vida a industrias antiguas tan diversas como la forja de cuchillos y el ahumado de pescado.

The Goodlife Center, talleres de confección y reparación

Hasta finales de la década de 1980, Londres estaba repleta de pequeñas empresas artesanales que producían artículos de prestigio para muchas de las principales tiendas de lujo y exportación mundial, especialmente en la zona de Londres conocida como “Eastend”. 

Pero a medida que aumentaban los precios de las propiedades, las pequeñas empresas cerraron y la última generación de trabajadores manuales calificados tuvo que jubilarse.  Esto sucedió también con algunos negocios de cerrajeros especialmente dedicados a cajas fuertes que funcionaban desde el siglo XVIII.

Ahora, en un esfuerzo por revitalizar estos oficios que alguna vez fueron predominantes, The Goodlife Center ofrece talleres en habilidades como tapicería, carpintería, ebanistería, restauración de muebles, cerrajería y artesanías tradicionales.

La idea de que el aprendizaje de habilidades artesanales sea contagioso y se extienda a las generaciones futuras para mantener viva la tradición británica como proveedor de artesanías de lujo.

Entre otras profesiones que se ha tratado rescatar, está la de la tipografía y papelería personalizada hecha a mano, la elaboración de cuchillos a través de la forja y herrería, y la elaboración de gafas y hasta el ahumado de pescado y carnes es otro oficio que está en desarrollo.

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